sábado, 10 de enero de 2009

BORDE DEL MAR


Caminó por los lugares por los que su padre ya no andaba más. La operación, el cuello duro y la histeria de siempre lo dejaron postrado. Ahora que se encuentra en la cama sin conocimiento, o apenas con conocimiento, ella siente la necesidad de despedirse por él de los sitios a los que no volverá.Y porque le dicen que a pesar de estar moribundo, a pesar de que ya no come hace tantos meses (se alimenta por tubos con nutrientes) debe de tener alguna cuenta pendiente por la que no puede dejarse e irse en paz. Como si estuviera pagando con su espera inhumana (lo lavan con trapos, le sacan y ponen los dientes, le curan las paspaduras con cremas y gels) esos días en los que supo ser como nadie quería que él fuera. Esos días que duraron toda su vida, el sube y baja de emociones, donde no podía esconder su sinceridad enorgulleciéndose de que todos eran peores que él (más locos, más malos, sucios, maleducados, o de religiones inconvenientes). Ella no sabe bien porqué esta situación (la de su padre moribundo hace casi 2 años) se ha vuelto una historia sin fin y desde donde se encuentra le dedica algunos minutos, como poniendo su mente en una sincronía telepática y tratando de hacerle saber que lo perdona, que lo hecho hecho está y que las razones habrán tenido espacio y que esa enfermedad (la excusa para justificar sus acciones) es así, injusta con los otros, injusta con el que la padece. Pero que punto, que este tiempo en donde él se muestra vencido, sin nada más que un cuerpo fláccido que se confunde con los dobleces de las sábanas y apoyado como otros lo dejan, es suficiente pago castigo para un hombre y también suficiente tiempo de desdicha para todos los que lo atienden como si fuera un niño enfermo que recién comienza la vida.
Ayer por la tarde caminó por la playa y se detuvo por los sitios que él disfrutaba, el viejo médano que aún permanece como entonces, el camino que hacen un surco las plantas gomosas que crecen en la arena al ritmo de los escarabajos, la empalizada del hotel, entreviendo por sobre las reformas restos de viejas paredes, reconstruyendo en sus ojos la estructura original que los contuvo alguna vez, cuando eran esa familia que él transportó, en los tiempos que podía demostrar su alegría frente al mar.

3 comentarios:

  1. ella debe sentir necesidad de despedir a las montañas por su padre.

    ella debe saber que en definitivas todo es arena

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  2. despedirse por él.
    dejarse e irse en paz.
    dedicarle algunos minutos.
    saber que lo perdona.

    ella dice.

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